Alergia al polen
Son numerosas las personas que padecen o corren el riesgo de padecer trastornos alérgicos. Muchos de estos trastornos están provocados por los granos de polen que las miles de plantas que nos rodean vierten al aire que respiramos. Se trata, en estos casos, de polinosis y rinitis alérgica al polen.
De pequeñas dimensiones (invisibles al ojo humano), los pólenes son liberados por las plantas productoras y pueden ser transportados por el aire (dispersión) hasta llegar a recorrer distancias considerables. Cuando la concentración en el aire de algunos granos de polen alcanzan determinados niveles, las personas alérgicas a los mismos, desarrollan los trastornos alérgicos.
Es importante resaltar la importancia que tienen los factores meteorológicos, ya que los mismos influyen en la concentración polínica del aire. Así, un tiempo seco, y/o vientos moderados favorecen la diseminación de los pólenes, y por tanto, la aparición de polinosis, sin embargo la lluvia hace caer a los pólenes al suelo, reduciendo así la aparición de crisis alérgicas.
Aunque no podamos evitar entrar en contacto con el polen, es posible paliar sus efectos dañinos siguiendo una serie de consejos, tales como evitar ir al campo en plena estación polínica, viajar con las ventanillas del coche cerradas, elegir zonas marítimas para las vacaciones, cerrar las ventanas de la casa por las tardes-noches (momentos de mayor concentración polínica en el aire), no fumar, y si es necesario, salir a la calle con mascarillas quirúrgicas.
Gracias a la existencia de los captadores de polen en el aire distribuidos por toda la geografía de nuestro país, se han podido confeccionar los denominados calendarios polínicos, que ofrecen una información puntual sobre cuándo aparecen, cuánto tiempo están presentes, cuándo alcanzan los valores máximos, cuándo comienzan a descender sus concentraciones, cuándo desaparecen.
Aunque existe la creencia generalizada de que los granos de polen se distinguen bien entre sí por sus características morfológicas ("aspecto", tamaño, forma, ornamentación...), entre los expertos es bien conocida la dificultad que entraña la determinación específica de los mismos, ya que con frecuencia especies distintas presentan morfologías polínicas similares.